Está claro que las recetas tradicionales son la madre, el padre y demás familiares de la cocina actual. Una de las recetas referentes de...

Está claro que las recetas tradicionales son la madre, el padre y demás familiares de la cocina actual. Una de las recetas referentes de esa cocina tradicional de casa son las albóndigas, que pasa de generación en generación y que tanto gusta. Tradicionalmente de carne, poco a poco se van abriendo nuevos horizontes en el mundo de la albóndiga con nuevos ingredientes principales, nuevas salsas y la gente se está dando cuenta de que permite tanto fusionar como investigar para conseguir nuevos sabores e incluso texturas. Sencillamente creo que se debería crear la universidad de la albóndiga y sus acompañamientos porque es un filón.

Unas de las más suculentas que he probado a hacer en casa son las de calamar. Resultan suaves y sabrosísimas, y como dije antes permiten jugar tanto con los acompañamientos como con las salsas.

Para hacerlas necesitaremos lógicamente el calamar que sea fresco. Lo limpiamos, lo troceamos y lo ponemos en una picadora junto con un diente de ajo, perejil, jengibre (si queremos darle un toque exótico) o cualquier especia que nos resulte agradable para la mezcla; lógicamente una pizca de sal y pimienta negra. Trituramos hasta conseguir una masa homogénea la cual pasaremos a un bol para meter en el frigorífico con la finalidad de conseguir la consistencia deseada para dar forma a nuestras albóndigas.

Recomiendo hacerlas un poco mas pequeñas que las que hacemos normalmente de carne, son mas manejables, las pasamos por harina de garbanzos intentando que cojan la mínima posible y las freímos prácticamente vuelta y vuelta porque no nos interesa que se nos sequen.

Para la salsa hay infinidad de opciones, de tinta de calamar, de curry con su toque picante, la clásica con un poco de cebolla, vino blanco y caldo de pescado… Lo que os digo, un sinfín de combinaciones. Acabamos dejando cocer las albóndigas en la salsa para que se acaben de hacer y se impregnen de todo el sabor.

Fundamentales unas patatas fritas para acompañar o un poco de arroz blanco. Un plato a tener en cuenta.

Ricardo Ezcurdia Cocinero

Para este profesional del mundo de la joyería la cocina es su auténtica pasión, lo que le ha llevado a realizar numerosos cursos junto a grandes cocineros. Esta afición le animó a inscribirse en el concurso televisivo Master chef, donde en alguna edición se ha quedado a escasos pasos de ser seleccionados. Colaborador habitual en Cantabria en la Mesa, pone el contrapunto con sus artículos dando la visión del cocinero aficionado, compartiendo con los lectores sus recetas y sus trucos.

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