La ensalada más saludable para el cerebro La ensalada más saludable para el cerebro
La ciencia médica está consiguiendo avances notables respecto al conocimiento sobre el efecto beneficioso que ciertos alimentos y condimentos ejercen sobre la función cerebral.... La ensalada más saludable para el cerebro

La ciencia médica está consiguiendo avances notables respecto al conocimiento sobre el efecto beneficioso que ciertos alimentos y condimentos ejercen sobre la función cerebral. Con esos datos les voy a proponer una ensalada que podríamos calificar de ‘protectora de la función cerebral’ y que debemos consumir varias veces a la semana (o incluso a diario).

Como cualquier ensalada, la base serán verduras y hortalizas crudas según nuestros gustos. Yo recomiendo mezclas de lechuga, canónigos, tomates, pimientos (sin quitarles la grana), cebolla o chalota y ajo finamente picado. Todo ello regado con aceite de oliva virgen extra y unas gotas de vinagre natural de vino o de sidra (evitar esos productos químicamente puros que nos invaden con la denominación de vinagres de Módena) y una pizca de sal. Este conjunto de alimentos y condimentos nos van a proporcionar fibra abundante, vitaminas, minerales y muchos antioxidantes beneficiosos para todo nuestro organismo y, por supuesto, para nuestro cerebro. A esta mezcla tenemos que añadirles los tres elementos que van a actuar específicamente sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.

En primer lugar huevo cocido (entero o mitad según preferencia). El huevo, como hemos comentado recientemente, proporciona una vitamina denominada colina que es el componente esencial de la acetilcolina, el neurotransmisor más importante de nuestro sistema nervioso y que tiene especial importancia en relación con la memoria. Hoy día se está tratando el Alzheimer con unos fármacos que aumentan la acetilcolina en el cerebro. Nosotros de momento nos quedamos con el huevo.

El segundo elemento, del que cada día se acumulan más evidencias científicas sobre su papel protector de la función cerebral, son las grasas omega tres. Numerosos estudios muestran que las personas con un consumo elevado de aceite de pescado rico en ácidos grasos omega tienen un riesgo menor de padecer cualquier tipo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Por el contrario las personas con niveles más bajos de omega tres en sangre tienen un mayor riesgo de padecer alzhéimer. Los omega tres actúan reduciendo los procesos inflamatorios que están en la base de todas las enfermedades degenerativas y mantienen activas y sanas las membranas de las células del cerebro. Por lo tanto a esa ensalada hay que añadirle: algo de atún, un par de nueces peladas y una cucharadita pequeña de chía.

Finalmente y antes de removerlo todo bien hay que espolvorearle una generosa cantidad de cúrcuma. Los últimos estudios experimentales muestran que la curcumina protege a las células del cerebro contra la beta amiloide y reduce la producción y acumulación de esta proteína anormal que es la responsable del alzhéimer. Estudios moleculares revelan que la curcumina no solo ejerce una acción preventiva, ya que puede desestabilizar las placas de amiloide beta que ya se han formado. Esto permite que las células naturales del cuerpo hagan «limpieza» para borrar rápidamente los fragmentos de amiloide beta depositados antes de que se pueda dañar las células cerebrales. Además, la curcumina tiene potentes acciones antioxidantes y neutraliza los radicales libres que podrían oxidar nuestras neuronas.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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