La pastilla para ser más listos La pastilla para ser más listos
Anda rebotando por los medios la noticia de una pastilla que, al parecer, nos hace más inteligentes y memorísticos. Incluso El Diario Montañés publicó... La pastilla para ser más listos

Anda rebotando por los medios la noticia de una pastilla que, al parecer, nos hace más inteligentes y memorísticos. Incluso El Diario Montañés publicó un artículo al respecto. Es curioso que su lanzamiento sucede tras el estreno (2011) de una entretenida película en la que Bradley Cooper interpreta a un joven sin futuro que se convierte en poderoso millonario gracias al consumo de unas pastillas que le confieren poderes mentales extraordinarios.

Es evidente que ningún fármaco puede hacernos más inteligentes de lo que éramos antes de consumirlo. Sí que existen medicinas que potencian algunas facultades de nuestro intelecto, como, por ejemplo, la memoria, y que ya comienzan a utilizarse en el tratamiento del Alzheimer y otras demencias.

Es curioso que el fundamento de muchos de estos fármacos y de la pretendida píldora inteligente tiene que ver con el aporte al cerebro de un nutriente esencial para su función como es la colina.

La colina es una vitamina del grupo B que, entre sus múltiples funciones, forma parte de los fosfolípidos de las membranas de las células cerebrales y es el componente de la acetilcolina, el principal neurotransmisor cerebral. Está demostrado que la colina fortalece la memoria, por eso se recomienda en personas mayores y para estudiantes en época de exámenes, ya que también ayuda a la concentración. La píldora en cuestión contiene varios ingredientes procedentes de plantas cuya misión es aumentar el contenido de colina del cerebro. Pero no necesitamos exponernos al riesgo de aventuras farmacológicas dudosas, que además pueden causar incompatibilidades graves con alguna medicación que tomemos por prescripción médica. Podemos llenar nuestro cerebro de colina mediante medidas nutricionales.

La colina es muy abundante en alimentos de origen animal como la yema de huevo, las vísceras (hígado), la carne roja, el bacalao y los mariscos. Algunos alimentos de origen vegetal que contienen colina son la soja, los garbanzos, las lentejas, los cereales integrales, la levadura de cerveza, las coles, la coliflor, el apio, el ajo, las berenjenas, la lechuga, el pimiento, las zanahorias, la remolacha, las espinacas y las cebollas. Entre las frutas ricas en colina están el pomelo, el plátano, las naranjas, las fresas o las uvas. También el tofu y la jalea real.
En principio con una alimentación equilibrada estarían cubiertas las necesidades diarias de colina. El problema es cuando llevamos una dieta excesivamente vegetariana, una dieta baja en calorías o prescindimos de los alimentos más abundantes en colina como son el huevo y el hígado.

Si consideramos que nuestra dieta no nos aporta suficiente colina, entonces podemos recurrir a suplementos alimenticios. El mejor es la fosfatidilcolina, más conocida por su sinónimo nutricional: lecitina. Este nutriente se obtiene de varias fuentes como la soja, la colza, girasol, clara de huevo o cultivos microbianos. Una o dos cucharadas de cualquier suplemento añadidos a cualquier plato es una buena recomendación. Hay muy pocas incompatibilidades. Una es padecer de trimetilaminuria o síndrome del olor a pescado. Una dieta rica en colina puede incrementar el olor corporal.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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