El cáncer El cáncer
El pasado jueves 4 de febrero se celebró el Día Mundial del Cáncer. Con frecuencia dedico estas líneas a ese terrible mal que cada... El cáncer

El pasado jueves 4 de febrero se celebró el Día Mundial del Cáncer. Con frecuencia dedico estas líneas a ese terrible mal que cada vez afecta a mayor número de personas. La razón de la insistencia es que todas las estadísticas relacionan a la alimentación con el cáncer, por encima de cualquier otro factor.

La mayor parte de las sociedades científicas afirman que entre el 40 y el 70 por ciento de los casos de cáncer podrían evitarse con una alimentación sana y un estilo de vida saludable. La influencia de estos factores opera en las dos direcciones: una buena alimentación y un estilo de vida activo reducen el riesgo de desarrollar cáncer y una mala alimentación y el sedentarismo lo acrecientan.

Hoy vamos a recordar cómo andan las cosas por este mundo de la ciencia para remachar qué cosas debemos hacer y cuáles evitar para tener el menor número de papeletas en esa rifa fatídica. Ojo, aviso como siempre que lo único que podemos lograr es reducir el riesgo de padecer un cáncer, no evitarlo por completo. Hay muchos otros factores en juego, por eso recomiendo la lectura del ‘Decálogo europeo para luchar contra el cáncer’ que está por todas partes en Internet.

1. Coma tres veces al día algo de verduras frescas, frutas enteras, legumbres o cereales integrales. Alternando unas y otras durante la semana. No hay límite: cuanto más, mejor.

2. Consuma la menor cantidad posible de azúcares rápidos: dulces, pasteles, jarabes y siropes, azúcar refinada; al parecer las células cancerosas se alimentan exclusivamente de glucosa. Utilice edulcorantes artificiales, pero cada vez que se vacíe un envase compre un edulcorante diferente.

3. Reduzca lo más que pueda el consumo de grasas saturadas y grasas trans (parcialmente hidrogenadas): manteca, mantequilla, margarinas, gordo de la carne, leche entera, platos preparados industrialmente, patatas y gusanitos de bolsa, etc.

4. Cocine de forma saludable: no apure el aceite de la freidora y evite los restos de alimentos quemados dentro del aceite, no coma ni pan ni carne quemada.

5. Diariamente proporcione a su organismo abundantes grasas omega 3: algo de pescado azul, una cucharada de chía en la ensalada o en una sopa o tres nueces. No hay límite, cuanto más mejor. El cáncer tiene mucho que ver con un estado inflamatorio global y los omega 3 son antiinflamatorios naturales.

6. Modere el consumo de alcohol a un máximo de dos copas de vino (mejor tinto) o dos vasos de cerveza al día.

7. Inicie el día bebiendo un vaso de agua con limón en ayunas y espere unos minutos para desayunar. Hay una teoría muy en boga, aunque no confirmada suficientemente, que a las células cancerosas no le gusta lo alcalino. El limón proporciona citrato que ayuda a controlar la acidez del organismo. También es útil añadir una punta de cucharita de bicarbonato al agua de bebida de la comida y de la cena.

8. Mantenga su peso corporal dentro de los límites recomendados: entre 20 y 26 de Índice de Masa Corporal.

Y recuerde que algún exceso de vez en cuando no es peligroso. El problema es la reiteración.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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