El misterio de la vitamina C El misterio de la vitamina C
Las vitaminas son aquellas sustancias que no fabrica nuestro organismo y que necesitamos ingerirlas con los alimentos. La mayor parte de los animales, excepto... El misterio de la vitamina C

Las vitaminas son aquellas sustancias que no fabrica nuestro organismo y que necesitamos ingerirlas con los alimentos. La mayor parte de los animales, excepto nosotros y un puñado de simios, pueden producir vitamina C a partir de los azúcares. Nosotros perdimos esta gracia a causa de una mutación que sufrió un antecesor nuestro que vivía colgado de los árboles de las selvas del Mioceno, hace unos treinta millones de años. Desde entonces vivimos bajo ese otro imperativo: comerás frutas y verduras frescas para meter en el organismo la vitamina C que no supiste fabricar». Si no hubiera sucedido tal mutación nosotros podríamos disponer de toda la vitamina C necesaria comiendo pasteles.

Esta dependencia nos crea numerosos problemas de salud si no introducimos en nuestro organismo suficiente ácido ascórbico diariamente. La vitamina C es un potente antioxidante y muy eficaz en el control de los temidos radicales libres. Numerosos estudios señalan que aquellas personas en las que sus niveles de vitamina C en sangre no alcanzan unas cifras determinadas tienen más propensión a desarrollar enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, a padecer problemas cardiovasculares como ictus o infarto, a favorecer el desarrollo de demencias asociadas a la edad e incluso aumentar el riesgo de padecer algunas formas de cáncer.

Además, la vitamina C mantiene el buen estado de los tejidos conjuntivos y facilita la lucha de las defensas del organismo contra las infecciones bacterianas o virales, por eso se recomienda para tratar los resfriados.

El problema es que la vitamina C es una de esas vitaminas que no se almacena en el organismo. Esto significa que no vale atracarse un día de alimentos ricos en esa vitamina y luego vivir unos días de esas reservas. No; hay que introducir en nuestro organismo todos los días la vitamina C que necesitamos para mantenernos sanos. Las recomendaciones para los adultos son de unos 100 mg /día para los hombres y 80 mg/día para las mujeres. Disculpen la desigualdad de género; cosas de la biología. Los niños, la mitad de estos valores.

¿Qué tenemos que comer para cumplir con estos requisitos? Hay una serie de alimentos vegetales que si los consumimos alternándolos a lo largo de la semana garantizamos el aporte recomendado de vitamina C.

Voy a señalar aquellos que son fácilmente accesibles en esta época del año en cualquier mercado. Los valores de vitamina C se expresan en miligramos por 100 gramos del producto entero.

Además, la vitamina C es muy sensible al calor así que si hay que cocinarlos, hacerlo a baja temperatura o comerlos en crudo, en ensalada. Estos son: La guayaba (228), el pimiento rojo (190), la grosella negra (177), el kiwi (90), brócoli, berros y coles en general (80), naranjas (50), limones y mandarinas (40). Además la vitamina C o ácido ascórbico, debido a su poder antioxidante, se utiliza como conservante en numerosos alimentos elaborados; lo podéis encontrar en la etiqueta con la denominación E-300. También se pueden tomar suplementos farmacológicos de vitamina C que, en las dosis adecuadas, no causan ningún efecto indeseable.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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