Orujo, uno de los productos con más solera de la gastronomía cántabra Orujo, uno de los productos con más solera de la gastronomía cántabra
Es uno de los productos con más solera de la gastronomía cántabra. Después de seis siglos de historia, la calidad del orujo cántabro viene... Orujo, uno de los productos con más solera de la gastronomía cántabra
Es uno de los productos con más solera de la gastronomía cántabra. Después de seis siglos de historia, la calidad del orujo cántabro viene avalada por los premios nacionales e internacionales y por una producción que sigue fiel al modo de hacer de antaño. Su arraigo en la cultura -con la fiesta anual celebrada en Potes-, sirve de escaparate inmejorable y necesario para levantar las ventas adormecidas en estos tiempos de crisis.

José Carlos Rojo :: Puede que sea uno de los productos con más solera de la historia de la región. Cantabria, y más en concreto Liébana, produce y consume orujo al menos desde el siglo XV, y eso solo de acuerdo con lo que está documentado. Pero los tiempos cambian y las crisis pueden también con uno de los productos estrella de la gastronomía regional. «Desde que empezó a caer la economía no hemos levantado cabeza.

Las ventas han descendido bastante y ahora, aunque las cosas parece que mejoran, la gente ya se ha hecho a una economía más apretada. Es de entender, no es un producto de primera necesidad». Para Camino Cotera, propietaria de la firma Orujo Mariano Camacho, la solución sigue pasando por la mayor visibilidad. Por eso se suma también este año a la feria de los productos cántabros, que acoge durante este fin de semana en el Palacio de Exposiciones de Santander.

«Allí siempre hemos hecho buenas ventas. Hay que estar en todas partes». La producción de 2014 ascendió a los más de 3.500 litros de un orujo que cuenta ya con cinco alquitaras de oro, «distinciones que dejan bastante clara la calidad del producto», confirma.

La presencia también en la feria de Rubén Bárcena, de Orujo el Traviesu, responde a la misma inquietud. «Si quieres vender tienes que dejarte ver, tienes que estar allí donde hay una oportunidad y en ese sentido hay que agradecer a EL DIARIO la organización de un evento que nos ayuda bastante en las ventas», concluye.

Mejor que la media

Igual que sucede con otros productos de la marca Cantabria, lo importante es poner el énfasis en la producción tradicional. «Solo así se puede entender el precio. Si producimos con los métodos de siempre y en una cantidad menor, lógicamente tenemos que subir algo más los precios. Pero es algo que se nota en el producto, que es mucho mejor que la media», recalca Bárcena. Este es uno de los argumentos que en cada edición de la feria defiende frente a los visitantes, y parece que tiene resultado: «Al final es publicidad que haces, y verdaderamente tiene mucha utilidad porque se va informando a la gente, que lo entiende perfectamente».

La tradición en la elaboración es centenaria de verdad. Incluso mucho más que eso. Hasta 1986 se destilaba, consumía e incluso vendía de forma doméstica, sin que se pudiera hablar aún de una intensa comercialización. No había marco legal que regulara su producción, consumo, etiquetado, etc. Entonces cientos de fabricantes domésticos lo vendían en Liébana. En 1986 la cosa cambió, se prohibieron la producción casera y más aún la venta de las botellas. La producción industrial quedó sujeta a los impuestos especiales para las bebidas de alta graduación alcohólica.

A día de hoy, la Fiesta del Orujo es una de las citas anuales más esperadas en la región. Recuperada como celebración en 1994, es desde 2002 Fiesta de Interés Turístico. Todo eso ayuda a la promoción de una industria con la venta centrada principalmente en Cantabria, que apenas sale fuera, y que cada año se reinventa para abrir nuevos mercados. «Hace un tiempo que empezamos a vender un poco a las provincias limítrofes, pero es una salida bastante limitada. Hay que tener en cuenta que la producción es limitada, precisamente por los altos estándares de calidad y la producción artesanal. A veces el crecimiento a cualquier precio no tiene por qué ser un objetivo», remarca Rubén Bárcena.

Entre las medidas adoptadas para buscar el agrado de más paladares está la diversificación. En la feria del producto cántabro se podrán degustar todas las variedades de Orujo Mariano Camacho. «Tenemos seis tipos: el natural, con té del puerto, con miel, con higos, con arándanos y la crema. En cualquier caso son sabores muy tradicionales, los que se hacían antaño porque se mezclaba el orujo con unos higos pasos que había por casa, y cosas similares. No me gustaría tener que abrir camino por algo que no fuera lo lógico, lo que se ha hecho siempre. Las cosas raras no me van», declara Camino Cotera. Orujo el Traviesu, Sierra del Oso, El Ollejo, Los Picos y Los Camachos constituyen la punta de lanza de una industria que ha experimentado una profunda modernización y que trabaja cada año para mantener la calidad y la tradición de más de seis siglos en la zona occidental de Cantabria.

Los productores

El Traviesu. Elabora de forma artesanal licores como el aguardiente de orujo, de hierbas, de miel, de guindas, la crema de orujo y la crema de café. Su calidad la acredita el premio Alquitara de Oro que se le concedió en 2004 y en 2011.

Sierra del Oso. Su saber hacer se traduce en las cuatro alquitaras de oro que posee en su haber. Es uno de los sellos más conocidos del orujo cántabro fundado por Ángel Moreno en 1988.
Los Camachos. Este año obtuvo su segunda Alquitara de Oro consecutiva, y ya son cinco. Mariano Camacho comenzó a comercializar orujo en el año 1987 en la destilería que se encuentra entre las localidades de Potes y de Valmeo.

Los Picos. Fue en 1987 la primera empresa en producir legalmente orujo conforme a la nueva legislación europea.

El Ollejo. El exracinguista Javier Ruisoto está detrás de una firma que busca la diferencia a través del envasado con una botella original.

Redacción CEM Área de Redacción

No comments so far.

Be first to leave comment below.