Cuántas veces hemos escuchado eso de «Si Mahoma no va a la montaña, que sea la montaña la que vaya a Mahoma», pero nunca...

Cuántas veces hemos escuchado eso de «Si Mahoma no va a la montaña, que sea la montaña la que vaya a Mahoma», pero nunca había sido tan palpable como con las recientes aperturas de la capital. También, a todos alguna vez se nos ha dicho eso de que Madrid es el mejor puerto de España -generalización que personalmente opino puede caer en la absurdez- y aunque los restaurantes gallegos siempre han estado presentes en la oferta gastronómica de las grandes ciudades, sobretodo hace unos cuantos años, parece que ahora el mar está dispuesto a inundar las calles de la villa.

Ese mar, la mar Cantábrica, que baña las playas del Sardinero siendo parte de un gran océano, ha entrado con el pie muy firme para desarrollar una serie de negocios que llevan por sello común su nombre propio: Atlántico. Así desde hace unos meses trabaja Atlantik Corner, en el meollo del Barrio de las Letras, con una propuesta que pretende englobar todas las culturas que el piélago baña haciendo especial hincapié en Portugal, país de nacimiento de Nuno, su propietario. En su carta podremos encontrar desde el imprescindible bacalhau à brás hasta un arroz meloso con queso de la Serra da Estrela, un delicioso y tiernísimo picantón con adobo de Vinha d’Alhos (un adobo que dio origen al Vindaloo indio) o un espléndido churrasco de rubia gallega cuya carne se desprende del hueso con tan sólo el uso de una cuchara; todo ello lo completan con una oferta de vinos exclusivos de la zona atlántica con referencias portuguesas, gallegas, canarias o marroquíes.

El formato casa de comidas ha sido en cambio por el que ha optado el estrellado Pepe Solla que, desde su restaurante en Poio (Pontevedra) ha decidido irrumpir en plena calle Velázquez con Atlántico, un precioso local en el que el cocinero tiene claro que la materia prima sea fundamental. No faltan entre sus platos la impecable merluza, preparada de dos maneras diferentes, la empanada del día, la melosa pero a la vez crujiente costilla -una golosina- o el pulpo a feira, relegado únicamente a los fines de semana que es cuando el maestro pulpeiro oficia la ceremonia.

Los que ya habían hecho sus pinitos por las calles madrileñas habían sido los chicos de Abastos 2.0 que a finales de 2014 y en junio de este año habían estado presentes en el formato pop-up que promovía The Table by. La ovación fue generalizada y rápidamente tuvieron claro que tenían que exportar su concepto e implantarlo en el centro de Chueca con algo que han llamado Barra Atlántica y donde se definen como una neomarisquería en la que se pueden vivir tres experiencias muy distintas pero donde siempre se busca primar la calidad del producto: la barra, unas mesas con menú más informal y un reservado para menú degustación.

Con un mismo hilo conductor, la infinidad de la mar, estos tres locales han apostado porque a Madrid llegue, en este caso, un poquito de aguita fresca; y parece que van por muy buen camino.

Clara PVillalón Miss Migas

Me llamo Clara, y lo soy. Soy creativa, testaruda, divertida y un poco locatis. No cierro discotecas y me gusta comer con las manos; si tengo que elegir me quedo con una cocina tradicional pero renovada, sin demasiadas esferificaciones ni metales preciosos.

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