La compra saludable La compra saludable
Si queremos tener una alimentación equilibrada y saludable debemos comenzar controlando el primer peldaño del proceso: la compra de los alimentos. Es un paso... La compra saludable

Si queremos tener una alimentación equilibrada y saludable debemos comenzar controlando el primer peldaño del proceso: la compra de los alimentos. Es un paso muy importante ya que una vez pagados en caja, sea lo que sea, los acabamos consumiendo. Por lo tanto si comemos saludable, en gran parte, dependerá de lo que contenga nuestro carro de la compra. Vamos a dar unos consejos útiles para una compra saludable, cuando solemos hacerlo en grandes superficies.

En primer lugar hay que hacer la compra sin hambre. Está demostrado que si vamos a comprar al final de una mañana en la que no hemos comido nada desde el desayuno es seguro que llenaremos el carro de dulces, alimentos grasos y demás productos que nos exige nuestro cerebro hambriento. La compra más saludable es la que se hace después de comer.

En segundo lugar podemos dividir imaginariamente el carro de la compra en cuatro secciones. Un cuarto del carro lo ocuparán las verduras y hortalizas. Otro cuarto lo llenaremos con la carne, pescado, huevos y los alimentos grasos (aceite, mantequilla, margarina y tocino). Otro cuarto con cereales (integrales mejor) como pasta, arroz y harina y pan. El último cuarto contendrá las frutas, lácteos (leche desnatada, yogur y queso) y las bebidas (sin azúcar).

Hay que procurar que predominen los alimentos crudos, ya sean congelados o frescos. Solo debemos llevarnos algún alimento preparado para resolver alguna emergencia (una especie de fondo de despensa) pero no deben constituir nuestra forma habitual de alimentación.

Siempre que se pueda debemos meter en el carro de la compra los productos de temporada y aún mejor si proceden de la zona en la que vivimos.

Incluso podemos recurrir a los productos ecológicos u orgánicos, pero eso sí, asegurándonos de que son de confianza y están avalados por los correspondientes certificados oficiales. Hay bastante fraude y medias verdades en este sector.

Controlar el contenido de los alimentos que compramos consultando las etiquetas, que son completas y precisas en el nuevo modelo de etiquetado vigente desde 2015, con los siguientes objetivos fundamentales:

– Elegir las grasas más saludables.

– Evitar las grasas trans (a veces se denominan grasas parcialmente hidrogenadas) y cargar en el carro los alimentos con grasas omega tres: pescados azules (frescos, congelados y en lata), una bolsa de nueces y un bote de chía para añadir un par de cucharadas a las ensaladas.

-Reducir el contenido de azúcar de nuestra cesta de la compra.

-Vigilar el contenido de azúcar, sobre todo la fructosa. Cuando pone en la etiqueta ‘No contiene azúcar’ no significa que el producto no tenga azúcar sino que no se ha añadido sacarosa, glucosa o fructosa, pero puede tener sorbitol y otros azucares. También se debe reducir el contenido en sal de los alimentos.

-Vigilar sobre todo los encurtidos y las sopas de sobre, entre otros.

-Vigilar la presencia de algunos nutrientes en los alimentos empaquetados y que no deseemos consumir. Por ejemplo, detectar la presencia de huevo oculto, muy abundante en algunos alimentos como la pasta.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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