Antioxidantes y envejecimiento Antioxidantes y envejecimiento
Todo sobre la superficie del planeta, ya sea una roca, un trozo de hierro o una persona, envejece porque se oxida. En los seres... Antioxidantes y envejecimiento

Todo sobre la superficie del planeta, ya sea una roca, un trozo de hierro o una persona, envejece porque se oxida. En los seres humanos los agentes oxidantes son unos compuestos que se producen como consecuencia de la normal utilización del oxígeno por nuestro organismo y tienen nombre de partido político: los radicales libres. Estos potentes oxidantes atacan a las estructuras celulares y las van destruyendo, lo que desencadena numerosas alteraciones celulares y enfermedades y el envejecimiento. El efecto oxidante de los radicales libres se puede acrecentar si nuestro estilo de vida no es saludable: si abusamos del tabaco, del alcohol y del sol, si vivimos una vida muy estresada, si nuestra alimentación no es equilibrada y si somos sedentarios y tenemos sobrepeso.

La principal posibilidad que tenemos de neutralizar a los radicales libres y evitar que ejerzan sus acciones indeseables es mediante los llamados antioxidantes. Estos abundan en los alimentos vegetales en forma de vitaminas (C, E y beta carotenos), minerales como el selenio y numerosas sustancias, de las que la mayor parte son las responsables de dar color a los vegetales: fenoles, isoflavonas, flavonoides, resveratrol, terpenos. La mejor forma que tenemos de protegernos y de retrasar el proceso de envejecimiento es la de consumir cada día (alternando a lo largo de la semana) varios de los alimentos ricos en estos agentes antioxidantes. Destacamos: aceite de oliva virgen extra (vitamina E), cereales integrales (selenio), cítricos (vitamina C), zanahorias crudas (beta carotenos), uvas tintas, bayas rojas y moradas, granadas, chocolate negro sin leche, brotes de soja; todos ellos contienen antioxidantes fenólicos. Y en general, en mayor o menor cantidad, los antioxidantes están presentes en la mayor parte de frutas, verduras y hortalizas sobre todo cuando se consumen crudas o guisadas al vapor. Las técnicas culinarias que someten a los alimentos a elevadas temperaturas reducen en una gran proporción su actividad antioxidante.

Un asunto de interés es que lo antioxidantes pueden convertirse en perjudiciales cuando se ingieren en exceso. Esto solo puede suceder cuando se recurre a los extractos y preparados farmacéuticos y se abusa de su consumo; nunca con los alimentos naturales. El problema es que los radicales libres en pequeñas dosis ejercen efectos beneficiosos. Por ejemplo nos defienden de las bacterias y virus que nos invaden y también pueden destruir células cancerosas. Si alguien quiere recurrir a esos preparados porque no le gustan o no puede consumir verduras y frutas, debe tomarlos con moderación, solo un par de veces a la semana. Dosis mayores pueden ocasionarles los efectos contrarios. Y lo que no se puede hacer es consumir un preparado que contenga un solo agente antioxidante. Los antioxidantes ejercen su efecto en cadena, por eso lo mejor son los alimentos naturales que nos aportan cada día todo el complejo antioxidante completo. Si se recurre a preparados farmacéuticos tienen que ser los que, al menos, contengan cuatro antioxidantes.

No hay que esperar a tener sesenta años de edad para comenzar a tener una dieta balanceada en alimentos antioxidantes. Cuando antes mejor, incluso desde la infancia.

José Enrique Campillo Médico

Catedrático de fisiología y experto en nutrición y alimentación.

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