Lo que les presento hoy no tiene nada de desperdicio. Intrigante ante mi nuevo vermouth, me sorprendo al ver la botella bordalesa que me hacen llegar al restaurante. Como la mejor de las joyas y vestido, como uno de los mejores vinos, llega Nebur, el vermoth delicatessen para paladares exigentes.
La etiqueta dice: «Ésta pequeña joya de vermouth es el resultado de un trabajo exhaustivo entre nuestros expertos enólogos y uno de los sabios más importantes del país en elaboración de vermouth…». Pues bien aquí tenemos ¡poker de ases señores!: Remírez de Ganuza, Luberri y Martínez La Cuesta. ¡Esto promete!
Ya al servir en la copa de cata Nebur, notamos la diferencia con otros muchos vermús. El cuerpo, parece un vino delicado. No se hace pesado en la copa, cae despacio, con elegancia y se pasea por toda ella.
Catamos Nebur: Color caoba cobrizo con destellos dorados, me recuerda a algún Pedro Ximénez antiguo. En nariz,elegante como yo imaginaba. Notas de melocotón y canela al primer golpe, después va apareciendo poco a poco el toffe, la moka, incluso algo de plátano también. Recuerdos de frutos secos, almendras.
Dejando la copa en reposo, volvemos de nuevo a la nariz pero esta vez con notas balsámicas predominando, sotobosque y algo de especias como clavo y pimienta.
En boca Nebur se comporta salvaje, sorprendente. Primera entrada muy marcada por la naranja, que en nariz era casi inexistente, perfectamente conjuntado con el amargor. Volvemos a sentir en toffé junto con el platano, pero… ¡zas! Final marcadísimo por la pimienta negra.
En conjunto puedo decir que a partir de ahora soy ¡neburista! Este vermouth acaba de desbancar a mi ojito derecho, Perucchi. Muy similares en nariz, pero mucho más complejo Nebur, y ese final picante marcado por la pimienta que le da mucha chispa. Ah…, una vez abierto, mantendrá óptimas todas sus cualidades durante 30 días.
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