Un prometedor arranque Un prometedor arranque
El Octavillo, en Santoña, sorprende con su original cocina. Llama la atención encontrar en Santoña un restaurante como El Octavillo, abierto hace unos pocos meses,... Un prometedor arranque
El Octavillo, en Santoña, sorprende con su original cocina.

Llama la atención encontrar en Santoña un restaurante como El Octavillo, abierto hace unos pocos meses, con una cocina tan original, muy a la contra de los típicos asadores de sardinas y bonito en temporada y los lugares de culto al rico marisco de la zona. Primero fue el Restaurante de Pilar quien abrió la puerta a la cocina de autor, le siguió el As de Guía y ahora se suma este El Octavillo que parece que quiere hacer las cosas muy bien, buscando ser un nuevo referente gastronómico en la villa.

El propietario del negocio es Jorge González, un hombre muy activo que después de pasar por diversas empresas como comercial, ahora ha iniciado un nuevo proyecto que pretende revolucionar, de alguna manera, la cocina en Santoña.

La carta de El Octavillo es variada. Allí se puede encontrar todo tipo de comida, desde hamburguesas premium de buena carne de vaca o pescado, a unas carrilleras, o a unas originales ensaladas.

Si algo tiene claro Jorge González es que él no quiere hacer lo mismo que los demás. Pretende ser diferente y por ello su innovadora apuesta gastronómica en este restaurante situado en la peatonal calle Santander, en el centro de la villa, cuna de Juan de la Cosa.

Para conocer la cocina de El Octavillo nada mejor que comenzar con una tarrina de foie hecha por el equipo de cocina de este establecimiento. Un foie ligero, fresco, con matices frutales. Muy fácil de comer en cualquier caso. Nada graso.

De las ensaladas de la casa, Jorge recomienda la de carpaccio de foie, realmente exquisita, y en la que se mezclan distintos sabores de manera muy acertada.

El cochifrito -cochinillo- muy crujiente, con patatas pajas, es un buen plato para seguir degustando las especialidades del nuevo restaurante santoñés.

Las carrilleras al vino, con una cama de patata panadera, son una de las especialidades de la casa. Muy buena su presentación y con un acertado toque de vino que no oculta en cualquier caso el sabor de la carne.

De postre resulta especialmente novedosa la tarta de queso con membrillo cubierta de chocolate. Una idea muy original, desde luego, que une tres ingredientes bien distintos en un rico conjunto. También es muy recomendable el brownie casero con helado de vainilla. Estos postres, por cierto, cuestan tan solo 3,50 euros.

Diego Ruiz Redactor

Santander 1960. Universidad de Cantabria. Sección de Deportes, Cantabria en la Mesa y, a veces, algo de toros.

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