El valor de un vino aumenta con el tiempo y la exclusividad. Si a usted le gusta el vino, pero también le puede interesar...

El valor de un vino aumenta con el tiempo y la exclusividad. Si a usted le gusta el vino, pero también le puede interesar el vino como inversión, sepa que se trata de una de las opciones más seguras y con mayor revalorización en el mercado, siempre que se sigan algunas reglas básicas.
Algunos vinos son capaces de producir ganancias financieras sustanciosas. Los grandes vinos cuentan con un excelente historial, con rendimientos a largo plazo que pueden superar el 15% anual. Pero estamos y estaremos en una situación muy positiva para el inversor. El problema que tenemos siempre es el mismo? la ?pasta?. A mí no me cabe ninguna duda, en caso de tenerla ?el dinero?, invertiría en vino. Nunca es mal negocio ya que si no consigues venderlas, eso es lo más complicado, las puedes tomar y el disfrute y goce es el mismo o incluso más.

El desarrollo del gran mercado asiático y la creciente cultura entorno al vino son algunos de los factores que llevan al aumento de este tipo de inversiones.

Con todo, sólo una pequeña fracción del total de la producción mundial se considera válida para inversión. Incluso entre los vinos de mayor calidad, sólo hay una pequeña cantidad que registra importantes cifras de revalorización. Es posible que sea menos de un 1% de la producción mundial, donde Francia ?principalmente concentrado en la región de Burdeos? ostenta el pódium de los vinos de inversión (95%).

Si usted se dispone a invertir una pequeña cantidad de dinero en buenos vinos, las siguientes reglas le pueden facilitar esta emocionante labor.

1. Estrés de la botella. Asegúrese que las condiciones de conservación son las óptimas, para evitar que se estropeen con el paso del tiempo.
El vino mantenido en condiciones de temperatura controlada dura más tiempo y por lo tanto tiene un valor más alto. Es importante observar y evaluar las botellas. Si una botella presenta defectos externos el valor sin duda baja, no por el defecto en sí mismo, sino porque puede ser un indicio de mala conservación.
Busque además otros signos de estrés físico, como un corcho suelto o una decoloración del vino, si es posible apreciar el color del vino a través del cristal. Un mal vino blanco generalmente toma un color amarillo-ocre. En el caso de los tintos es más difícil definir un color defectuoso a través del cristal, aunque un tinto de color marrón no suele ser bienvenido.
Por último, huela la botella. Una botella que presenta olor a humedad o a corcho es también una mala señal. Las botellas deben venir convenientemente almacenadas en su caja, en perfecto estado.

2. La historia del vino. Los vinos más caros del mundo lo son por la historia que hay detrás de ellos. Considere buscar información sobre una determinada bodega y la historia de sus vinos.
Además de una buena cosecha, busque acontecimientos importantes que se hayan producido el año de producción del vino, como una guerra, un hecho económico trascendental o un cambio de ciclo.

3. La disponibilidad. A menor disponibilidad, mayor valor del vino. La cantidad producida varía según la bodega pero, entre los vinos más codiciados, es raro producir más de 20.000 cajas por año o incluso más de 5.000.
Sin embargo, es importante tener suficientes vinos en circulación para satisfacer la constante demanda internacional. La cantidad de producción, junto a la madurez y al consumo, determinará la verdadera disponibilidad de un vino el mercado.
4. Los propietarios del vino. Otra de las pistas sobre el valor de un vino es averiguar el número de manos por las que ha pasado. A mayor número de propietarios mayor revalorización de una botella. Si usted ha sido el único propietario, la botella probablemente conserve su valor original y ofrezca escasa revalorización.
Por otro lado, un vino que haya pasado por las manos de un propietario de renombre, famoso o histórico, sin duda revalorizan una botella.

5. Los años del vino. Los vinos cotizan, al igual que otros productos de mercado, por lo que hay que elegir siempre los vinos con potencial de envejecimiento, cuanto más mejor, para poder tener margen de venta cuando llegue el momento oportuno.
Por norma general, los vinos más antiguos tienen más valor, aunque esto va a depender de cada botella. Por ello es fundamental buscar elaboraciones que permitan su envejecimiento.
Aunque es posible encontrar vinos blancos, rosados, espumosos, dulces o generosos, elaborados de manera que puedan aguantar muchos años, son los vinos tintos los más apreciados en este sentido.

6. Invierta con la tendencia. Aunque es muy difícil predecir cuáles van a ser las tendencias de mercado vinícola, si resulta de gran importancia estudiar y conocer las condiciones de mercado. Los vinos que reciben puntuaciones muy altas de algunos críticos de gran renombre pueden incrementar su valor como resultado de un crecimiento de la demanda.
Con independencia del debate en torno a si los expertos saben realmente de vino, lo cierto es que nos indican la tendencia a la hora de invertir en vinos. Infórmese de la crítica de una botella antes de adquirirla.
Los ‘gurús’ y expertos vinícolas de mayor reputación, suelen calificar el vino en una escala de 100 puntos. Es raro que un vino figure con menos de 50 puntos, y la mayoría de los vinos de supermercado suelen estar situados entre los 65 y 85 puntos. Ahora bien, las mejores botellas tendrán una puntuación superior a 85 puntos. Las botellas que superan los 90puntos tienen mayor potencial de revalorización.

7. Asistir a una subasta. Si existen algunos sitios donde los vinos casi siempre se revalorizan esos son las subastas. Los vinos que llegan a subasta normalmente vienen avalados por todos los puntos vistos hasta aquí. Infórmese en las casas oficiales cuando se van a realizar las próximas subastas de vinos. Otra opción son las subastas de vino online que algunas webs norteamericanas están empezando a realizar.
Por último conviene estar al día en cuanto a tendencias y precios. Consulte periódicamente las bolsas de comercio vinícola de países como Francia, Reino Unido o EE.UU.

8. Evitar las falsificaciones. A pesar de los numerosos controles que realizan las casas de subastas y los propios productores de vinos para evitar las falsificaciones, éstas siguen siendo relativamente fáciles de crear, especialmente cuando se trata de vinos raros a la vez que codiciados. Por ello es fundamental, como comprador, comprobar la procedencia del vino así como la reputación del vendedor.

9. Popularidad de la marca. Marcas como ‘Chateau Lafite’, ‘Romanée-Conti’, ‘Chateau d’Yquem’ o ‘Vega Sicilia’, por ejemplo, es apostar a ‘caballo ganador’. Al igual que sucede en el arte, los autores de los vinos ?las bodegas con más renombre en el mundo de los vinos caros? son fundamentales a la hora de invertir en este producto. Las marcas más populares probablemente incrementarán su valor con el paso del tiempo. En general, las bodegas que más se han revalorizado en los últimos 30 años son las de Burdeos. Los vinos de esta zona francesa han sido el mejor ejemplo de inversión.

10. Formatos de compra. Siempre que pueda, busque vinos que vengan en grandes formatos, como magnums o jeroboams. La razón es doble, por un lado estos formatos ayudan a la conservación del vino y por tanto incrementan su longevidad, y por otro, dado la exclusividad de este tipo de formatos muchos coleccionistas los consideran de especial valor, tanto es así, que algunas bodegas numeran ese tipo de formatos dado que su destino suele ser principalmente dichos coleccionistas e inversores. Evite comprar botellas sueltas. Busque la compra de lotes, es decir, compre una o varias cajas de un vino, con ello conseguirá mayor valor de reventa en el futuro y evitará contratiempos si una de las botellas sale defectuosa. Por otro lado, si la rentabilidad que obtiene por sus lotes es buena siempre podrá reservarse un lote para su consumo particular (bodega autofinanciable).

Jesús de Diego Sumiller

Sumiller y experto en vino. Con el restaurante Los Avellanos logró una estrella Michelin 2017-2013, que dejó para orientar el negocio a la cocina italiana. Ahora está al frente de La Trattoria, en Tanos.

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