Laury, como siempre, una buena carne Laury, como siempre, una buena carne
Platos tradicionales con materias primas de nivel. Hay restaurantes que evolucionan, que cambian de dirección y de rumbo, y no en todos los casos... Laury, como siempre, una buena carne
Platos tradicionales con materias primas de nivel.

Hay restaurantes que evolucionan, que cambian de dirección y de rumbo, y no en todos los casos en buena dirección; otros, sin embargo, apuestan por la regularidad, por mantener firme un criterio y una apuesta por aquello en lo que creen y que los clientes demandan. En esta línea se puede situar al Laury, un restaurante santanderino con varias décadas de trayectoria que no ha notado el cambio de dirección ya que la continuidad la ha asegurado Paco Rebolledo, un profesional con nada menos que 44 años de experiencia. Si alguien te pregunta cómo está el Laury, seguramente el cliente se agarre a un respuesta sencilla y simple: ‘Como siempre’. Y con esto ya ha dicho bastante, excelentes carnes a la parrilla, pescados del Cantábrico, mariscos que se mantienen en el vivero propio y ricos postres caseros. Vaya, ¡como siempre!

Más picoteo

Si alguna novedad se puede destacar en los últimos años del Laury es el mayor peso específico que ha recibido el capítulo de entrantes o de platos de picoteo, pero quizá no tanto por determinación de los propios responsables del establecimiento, como por una tendencia emergente fruto de la demanda de la clientela, que se inclina más por compartir unos entrantes antes de recurrir a un plato principal de plato o pescado.

Así, en el Laury no faltan casi en ninguna mesa sus reputadas rabas, entre las mejores de la ciudad como se ha puesto de relieve en algún concurso. Luego también tienen mucha demanda como entrante los bocartes o los perrechicos en temporada, el salpicón de marisco, la gamba de Huelva o el langostino frescos, el pulpo a la gallega, el jamón ibérico de bellota, los pimientos verdes fritos, la ensalada de lomos de bonito, las mollejas de lechazo o las anchoas del Cantábrico.

Quien desee probar la faceta más marinera del Laury puede decantarse tanto por las almejas a la sartén como por el bogavante fresco o las albóndigas de mar.

La carta en el Laury no es larga, porque el cliente habitual viene aquí con las ideas muy claras. La regularidad de sus chuleteros (Caydesa) dan como resultado excelentes chuletones a la parrilla que se acompañan de patatas y pimientos. El precio, a 42,90 euros el kilo.

Otras opciones en carne son el entrecot y el cabrito. Ya en pescados, fijos son la merluza de anzuelo, el rodaballo salvaje y el san martin. Buen punto y cocina sencilla para respetar los sabores y texturas. Luego puede haber algún pescado del día fuera de carta.

Una bodega bien surtida completa la oferta que termina con varios postres caseros, como las tartas de queso, almendra o chocolate, el helado casero, la crema de limón y yogurth o la piña tropical.

Finalmente, cabe destacar aquí el ambiente en la barra, con varias referencias de vermú y varias referencias de Cantabria.

José Luis Pérez Redactor Jefe

Historiador y arqueólogo, trabajo desde los años noventa en El Diario Montañés donde he sido coordinador editorial de publicaciones y actualmente soy redactor jefe. Escribo de gastronomía desde hace algo más de una década y coordino el suplemento Cantabria en la Mesa.

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