Un trocito de Cantabria que brilla en Madrid Un trocito de Cantabria que brilla en Madrid
El restaurante cántabro La Maruca continúa siendo uno de los locales más demandados de la capital gracias a su oferta gastronómica y su buena... Un trocito de Cantabria que brilla en Madrid
El restaurante cántabro La Maruca continúa siendo uno de los locales más demandados de la capital gracias a su oferta gastronómica y su buena relación precio-calidad.

Pisar la gran calle de Velázquez de Madrid y sentirse como en casa no es una tarea fácil. Encontrar un lugar en el que, por un momento, te invada el olor a mar y tu mente viaje a paisajes verdes, acantilados escarpados y pequeños puertos pesqueros, es el resultado creado por Paco Quirós (Restaurante Cañadio), Teresa Monteoliva, Jose A. García y Carlos Crespo (Bodega del Riojano) hace casi dos años, que han sabido conquistar con sus platos a los madrileños y visitantes de la capital.

La Maruca, en pleno barrio de Salamanca, encabeza la lista de los lugares frecuentes entre los enamorados de Cantabria, de su gastronomía y de sus costumbres. Un espacio que ha logrado combinar la esencia característica montañesa y situarse entre uno de los restaurantes de moda y más demandados de Madrid.

Y no solo es un placer gastronómico. El espacio está dividido en dos pisos y cada rincón es único y especial. La perfecta colocación de los espejos, las cristaleras que separan estancias y la selección de imágenes y elementos decorativos, convierten el local en una espectacular experiencia para la vista. Y para los más calurosos, el restaurante cuenta con una pequeña terraza que prolonga la parte superior del comedor y lo separa gracias a los cristales que dejan ver el interior. Una composición sencilla, acogedora y cálida que permite, incluso, disfrutar de la carta a los pies de una chimenea.

Carta

Sentarse en cualquiera de las mesas de La Maruca y ojear la carta crea cierta indecisión entre los comensales. ¡Todo apetece! Desde un picoteo informal con ensaladas y entradas frías o calientes (entre 8 y 18 euros) a platos más elaborados y tradicionales con técnicas modernas (entre 10 y 15 euros). Las Rabas de Santander, las croquetas de carne de cocido o las alcachofas a la plancha y punto son algunos de los platos más solicitados entre los clientes. Si se viene con más apetito, uno puede elegir entre una amplia selección de carnes o pescados, como las albóndigas de ternera con patatas y guisantes o la merluza barquereña.

Y si el paladar exige terminar con un toque dulce, la tarta de limón 1981 o el flan de queso es el perfecto final para una gran propuesta gastronómica.

Parece que La Maruca se ha convertido en un atractivo más del madrileño barrio de Salamanca. Eso sí, no se olvide reservar o se arriesgara a quedarse sin mesa.

Redacción CEM Área de Redacción

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