Papillote

Cocinar carnes, pescados y verduras envueltas en algo es una técnica tan habitual como poco frecuente en nuestros hogares. Ese ‘algo’ suele ser, generalmente, el papel de horno y el hojaldre, amén de las hojas de berza o de lechuga. El objetivo de esta manera de cocinar es mantener todas las propiedades de los productos a consumir o darle un toque más distinguido a los alimentos.
Para los pescados, lo mejor es recurrir al papillote. Ese envoltorio de ?papel plata?, que decían las abuelas, o de horno mucho mejor, en cuyo interior colocaremos un lomo de nuestro pez favorito, sin espinas, con una guarnición de las verduras que se quiera salteadas y un chorrito de aceite o una bola de mantequilla. Una vez bien cerrado el envoltorio se mete al horno durante unos diez minutos y listo. El salmón, sobre todo, queda espectacular de esta forma. Terso, jugoso, sin perder nada de su aroma y sabor.

Con el hojaldre destaca el rimbombante solomillo wellintong, nada fácil de hacer por cierto, y que va compuesto por una pieza de buey o ternera ?también puede ser de cerdo?, foie gras, salsa de champiñones y cebolla, hojaldre, mostaza y jamón. En quince minutos suele estar hecho al horno, siempre en función del tamaño de la pieza de carne.

En hojas de berza ya cocidas podemos envolver carne picada con cebolla, puerro, zanahoria… Luego, una vez bien envuelta la farsa se puede rebozar o gratinar al horno. Suele ser un buen acompañamiento el arroz.

Para la lechuga se recomiendan en fresco verduritas y gambas o atún, con mayonesa o salsa de yogourt.

En la mayoría de las recetas se incluye maíz, pero a mí, que pasé muchos veranos en el pueblo dando de comer a las gallinas, ese producto no me parece muy adecuado para casi nada.

Hoy en día están muy de moda las tortillas y las fajitas mexicanas, que tienen un sinfín de posibilidades gastronómicas.